Inicio Contáctenos

LAS ANTENAS DE TELEFONIA CELULAR Y LOS RIESGOS PARA LA SALUD

Cada vez son más los ciudadanos que levantan la voz, preocupados por los efectos sobre la salud que puedan tener las antenas de telefonía celular. Actualmente en todo el mundo existen movimientos ciudadanos que se han opuesto a la instalación de dichas antenas y las torres de alta tensión, los cuales han presentado recursos judiciales, que la mayoría de las veces no son tomados en cuenta. La población en general exige una mayor fiscalización y la prohibición de la instalación de nuevas antenas y las torres eléctricas cerca de sus viviendas. En el mundo hay una creciente tendencia a legislar sobre el tema: Las normativas se centran en otorgar protección sanitaria a los ciudadanos frente a los efectos adversos conocidos para la salud. Los efectos menos probados han sido tomados en cuenta sólo por algunas normativas, expresamente sobre la base del principio de precaución.

En el caso de los teléfonos celulares y de las centrales de retransmisión, la información es insuficiente por su limitado tiempo de uso, porque la investigación es muy extensa y van a tardar varios años más para concluir los estudios. Aún así, debiera aplicarse el principio precautorio, porque cuando existe desacuerdo en la comunidad científica, acerca de los efectos en la salud de los distintos grados de exposición a la radiación electromagnética, se establece el principio precautorio, mientras prosiguen las investigaciones para conocer con exactitud los niveles de riesgo sanitario y las distancias de seguridad. Además, hay mucho temor y desconocimiento en la ciudadanía, que se manifiesta en el rechazo que provocan las instalaciones de antenas y las torres de alta tensión.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Unión Europea han reconocido el principio de precaución y se ha incorporado en las legislaciones de diversos países como: Suiza, Australia, Alemania, Canadá, Francia, Holanda, Nueva Zelanda, Suecia, Brasil, Colombia y Ecuador, entre otros.

Las distancias mínimas establecidas en los diferentes países son las siguientes: En Australia 6 municipios establecieron una distancia de 500 metros de seguridad entre las antenas y las viviendas. En Toronto Canadá se propuso una distancia de 200 metros, en Bélgica, la Universidad de Louvain estableció que la distancia mínima debe ser de 64 metros entre la antena y la presencia humana. En algunos municipios de España se acepta como distancia mínima 600 metros. En Chile el grupo ecologista Renace informa que la distancia mínima deberá ser de 300 metros.

En México a nivel federal no existe una normativa que proteja del posible daño a la salud a sus habitantes y solamente en el Estado de Querétaro, la 54 legislatura ha establecido normas para tal fin desde el año del 2004. Por ejemplo se reconoce que la distancia mínima de las viviendas para establecer una antena de telefonía celular o una torre de alta tensión deberá ser de 50 a 100 metros de distancia y exhorta a los diferentes niveles de gobierno a cumplir esa normativa.

Aquí en Hermosillo, Sonora no existe ninguna norma que proteja por el posible daño a la salud a sus habitantes y lo único que solicitan las autoridades municipales, es la firma de consentimiento a las personas que viven a 50 metros a la redonda, pero en la mayoría de los casos consiguen esas firmas bajo presión o engaños. En los últimos 6 meses se han instalado 6 nuevas antenas de telefonía celular en esta ciudad, aunque dicen las autoridades municipales que ya autorizaron la instalación de 20 de 100 solicitudes que les han llegado. Estas antenas se localizan en las colonias de: El Apache, Cuatro Olivos, Perisur, Las Quintas, Puesta del Sol y el Mariachi, además de la colonia Hacienda de la Flor y Mesa del Seri.

Hoy en día existe la tecnología como para disminuir la potencia de las antenas y para colocarlas fuera de poblaciones, sin que se vea afectado gravemente el servicio, sólo se trata de una cuestión económica; además de que se sabe que una sola antena puede ser compartida por dos o más compañías. No podemos asegurar rotundamente que los cánceres que aparecen en la población sean consecuencia directa de las radiaciones de las antenas, pero nadie puede negarlo tampoco. Como los efectos de estas radiaciones aparecerán a medio y largo plazo, no nos parece decente seguir como estamos para que dentro de diez o quince años, nos estemos lamentándonos por lo que deberíamos de haber hecho. Se impone el principio de precaución que exige, sobre todo en lo que respecta a la salud, que se evite toda situación que pueda suponer un riesgo, aunque por ahora las evidencias científicas no sean tan concluyentes.  

LOS CELULARES PODRIAN LLEGAR A EXCITAR LA CORTEZA CEREBRAL

Dicen que sería por las emisiones de ondas electromagnéticas, y no saben si son dañinas.
(Clarín)
29/06/2006

Las emisiones de ondas electromagnéticas de los teléfonos móviles excitan parte de la corteza cerebral de sus usuarios, dice un estudio realizado por investigadores italianos que publicó ayer la revista "Annals of Neurology".

Pero los científicos no quisieron arriesgar si esta excitación puede ser dañina. "Podría argumentarse que la exposición prolongada y repetida a las frecuencias electromagnéticas vinculadas al uso intenso de los teléfonos móviles (...) es nociva o es benéfica para personas con enfermedades cerebrales", señalaron en el estudio. A la vez, dijeron que es necesario realizar investigaciones más exhaustivas para determinarlo. Pero sí señalaron que las emisiones podrían resultar negativas para personas que padezcan epilepsia.

El trabajo fue realizado por un equipo interdisciplinario liderado por Paolo María Rossini, del departamento de Neurociencia del hospital Fatebenefratelli, de Roma. Los investigadores utilizaron la técnica de Simulación Magnética Transcranial (SMT) para determinar si los teléfonos tenían algún efecto en quienes lo utilizaban. Uno de los patrocinadores del estudio fue Telecom Italia Mobile.

En el estudio participaron 15 voluntarios que mantuvieron dos sesiones de llamadas telefónicas que se prolongaron unos 45 minutos. En una de las sesiones, estuvieron realmente expuestos al campo electromagnético generado por el teléfono móvil. En la otra, esta exposición no era tal.

En 12 de ellos se verificó una excitación en la corteza cerebral más cercana al teléfono, la cual volvió a su normalidad después de una hora.

En un estudio anterior, científicos suecos dijeron que el uso prolongado de estos aparatos de comunicación podría aumentar el riesgo de tumores cerebrales.

Sacaron la conclusión luego de analizar dos encuestas, realizadas en 2003 y 2005. Los usuarios fuertes de celulares fueron definidos como aquellos que hablan al menos una hora diaria durante 10 años.

Pero la Administración de Fármacos y Alimentos de los Estados Unidos rechazó estas conclusiones al cuestionar la rigurosidad de ese estudio. El organismo de control de la salud estadounidense dijo que otras investigaciones descartaron ese riesgo.

Otro estudio, impulsado por la Unión Europea, llegó a establecer que las ondas que generan estos teléfonos dañan las cadenas de ADN.

Además, el año pasado, el Centro Argentino de Estudios en Radiocomunicaciones y Compatibilidad Electromagnética llamó a concientizar al sistema de salud sobre la inconveniencia de hablar por teléfono en áreas sensibles como los quirófanos y las salas de terapia intensiva

 

Reforma #226, Col. Centenario
Hermosillo, Sonora, México
Tel. (662) 218 9628, 260 2697 y Cel. (662) 113 6627